Un estudio internacional, divulgado en la Revista Científica Comunicar y basado en el proyecto “I: CUD” (Internet: Desenmascarando la discriminación creativamente) 2016, revela la influencia de género en las expresiones discriminatorias de jóvenes que intervienen en las redes sociales.
A finales de 2015, la International Telecommunication Union (ITU) registraba una cuota de 3.147 millones de usuarios utilizando Internet en todo el mundo. Conforme al indicador estadístico, durante los últimos quince años el volumen de internautas ha crecido ocho veces desde su valor inicial.
La inversión de tiempo en el ciberespacio es cada vez mayor, y una de las dedicaciones principales en este medio virtual es el consumo de redes sociales. Tomar parte en las redes sociales permite nuevas interacciones y formas de socialización. Es en estos espacios donde se crean “enlaces débiles entre personas que permiten reafirmar los enlaces fuertes”, “los patrones de expresión que se siguen” en el mundo off-line (DUEÑAS, David… [Et al.]).
Esos vínculos y manifestaciones pueden ser discriminatorios en Internet. De hecho, los datos de aportados por el estudio de Sociológica Tres para el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud “¿Fuerte como papá?¿Sensible como mamá?” muestran como los y las jóvenes afirman que las mujeres son peor tratadas en las redes sociales que los varones.
Facebook, considerada como “LA” red social y un megáfono de las actitudes juveniles en el espacio público, es usado en un 81% por los internautas, según los datos del “VII Observatorio de Redes Sociales” de The Cocktail Analysis (diciembre de 2015). Es una almadraba de sociabilidad online cuya cantidad de usuarios supera los 880 millones. De esta cantidad, el 66% son “millennials” (jóvenes de entre 15 y 34 años de edad), y el 28% de los registrados y activos en esta red social son adolescentes de entre 12 y 17 años, según ajusta Ipsos en su encuesta.
En este escenario se desarrolla la investigación de la Revista Comunicar llevada a cabo por David Dueñas, Paloma Pontón, Ángel Belzunegui e Inma Pastor, especialistas de la Universitat Rovira i Virgili en Tarragona. A través de una muestra de 493 perfiles de Facebook, de jóvenes (17-24 años) con distintos niveles de estudios, se analizaron sus patrones de comportamiento en dos fases de estudio: diciembre de 2012 y noviembre de 2014.
El artículo pone su énfasis en el “sistema de género” en Facebook, porque, además de la etnia, según los autores “la discriminación por motivos de género es la más numerosa”. Presenta “diferentes significados en la forma en que hombres y mujeres utilizan contenidos discriminatorios”.
Esta afirmación se basa en la tabla, donde se establece un rango de discriminación ejercida de cinco etapas (5 es el nivel más alto de discriminación directa y 1 el nivel más bajo de discriminación indirecta/otras), según el cual se observa que “los hombres se concentran más en discriminar por razón de género y son más agresivos en sus comentarios”, y “tienden a realizar comentarios discriminatorios sobre el origen étnico, el género o las minorías culturales”, por encima de lo que lo hacen las mujeres.
Los valores porcentuales de nivel de discriminación por género en la población total encuestada (hombres y mujeres), aumentan en los rangos más altos de la escala.
En este contexto, y siguiendo los datos, los autores del artículo afirman que “las mujeres se centran en la apariencia física y la clase social que representan una discriminación light” según el baremo establecido por los investigadores tras evaluar la intensidad de los contenidos discriminatorios mediante una escala subjetiva Likert, entre 1 (poco discriminatorio) y 5 (muy discriminatorio).
Si se atiende a la correlación online-offline en los patrones de expresión, los investigadores apuntan a que la juventud usa contenidos “no siendo generalmente conscientes”, y estos “requieren de una mayor reflexión para evitar posibles impactos en otras personas o en su propio futuro”.